Esta cita, frecuentemente mencionada como ejemplo de su insaciable deseo de riqueza, refleja la tendencia humana a querer siempre más, sin importar cuánto se posea ya.

Mientras algunos la interpretan como una muestra de avaricia, otros la ven como un comentario sobre la condición humana. La frase pone en evidencia que incluso en la cima de la riqueza, como en el caso de Rockefeller, el deseo de obtener más puede persistir.

Él fue el hombre más rico de su época, con una fortuna estimada en alrededor del 1.5% del PIB de Estados Unidos, lo que equivaldría a aproximadamente 435 mil millones de dólares en cifras ajustadas al valor del dinero en 2025. A pesar de ello, afirmó que siempre buscaba “solo un poco más”.

Esta cita se utiliza a menudo para reflexionar sobre el concepto de lo que es suficiente y lo difícil que puede ser para muchas personas definir o alcanzar un verdadero sentido de satisfacción con su riqueza. Invita a cuestionarse si la búsqueda constante de más dinero es un objetivo válido por sí solo, o si aspectos como la satisfacción personal y el propósito de vida deberían tener un valor mayor.